miércoles, 23 de diciembre de 2009

EL AVE FENIX

El mito del Ave Fénix alimentó varias doctrinas y concepciones religiosas de supervivencia, ya que el Fénix moría para renacer con toda su gloria. Su don más destacado era la inmortalidad, pues poseía la capacidad de renacer de sus propias cenizas.
Cuando le llegaba la hora de morir, el Fénix hacía un nido de hierbas aromáticas y especias, ponía un único huevo -el cual empollaba durante tres días- y, al tercer día se quemaba por completo. Al reducirse a cenizas, del huevo resurgía la misma Ave Fénix, siempre única y eterna.

Esto ocurría cada 500 años.

En este momento, en este día, en este mes, en este año, por algún tiempo, estaremos en dificultades debido a la situación mundial. La economía colapsó y las consecuencias, querámoslo o no, estarán presentes por un período que todavía no es posible precisar.

Por otra parte, también es cierto que necesitamos continuar viviendo.
Necesitamos continuar trabajando y haciendo negocios. Necesitamos “sobrevivir, a pesar de”. Necesitamos resurgir de nuestras cenizas, como el Ave Fénix.

Es decir, se nos exige que pongamos en práctica nuestras capacidades de recuperación (resistencia y elasticidad) y de aprender de la experiencia (plasticidad).

Es oportuno mencionar que en el idioma inglés se utiliza la palabra “resilience”, la cual, según el glosario de las Naciones Unidas -Estrategia Internacional para Reducción de Desastres, se refiere a: la capacidad de un sistema, comunidad o sociedad potencialmente expuesta a peligros, para adaptarse, resistiendo o cambiando, con el fin de alcanzar y mantener un nivel aceptable en su funcionamiento y organización. La “resilience” se determina por el grado hasta el cual el sistema social es capaz de organizarse a sí mismo para incrementar su capacidad de aprendizaje de los desastres experimentados, con el fin de lograr una mejor protección futura y de mejorar las previsiones para reducir los riesgos de desastres”.


Cuando se habla de elasticidad nos referimos al “poder que tiene un elemento sólido de recuperarse hasta su forma y tamaño originales, después de que desaparece la fuerza que lo deformó. Es la capacidad para soportar esfuerzos y fuerzas aplicadas, sin romperse y sin adquirir deformaciones permanentes o deteriorarse de ningún modo”. En esta acepción, la elasticidad está asociada tanto a la resistencia como a la flexibilidad (Ej: los músculos del cuerpo humano).

Por su parte, la plasticidad se refiere a “la propiedad mecánica de un material, biológico o de otro tipo, de deformarse permanente e irreversiblemente cuando se encuentra sometido a tensiones por encima de su límite elástico”. A diferencia del comportamiento elástico, la plasticidad de los materiales está relacionada con cambios irreversibles en éstos.


¿Y, en concreto, qué podemos hacer
en estos momentos de crisis?

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