martes, 2 de febrero de 2010

La Ética en los Negocios

La Ética en los Negocios

¿Podremos recuperarla?


Por Iris de Milano

Cuando alguien miente, alguien sale perdiendo”

Stephanie Ericsson,

Escritora norteamericana (1953 - )

¿Por qué estamos en el lugar en donde ahora nos encon-tramos?

¿Por qué la economía parece no poder alcanzar el fondo del pozo y desde allí volver a subir de nuevo?

¿Qué fue lo que pasó que nos hizo dar tan drástica voltereta?

¡No podemos hacernos los inocentes!

Desde hace algún tiempo habíamos venido observando directamente algunos síntomas:

· alta rotación de diversas tiendas de distintos ramos en un mismo local

· permanencia de locales vacíos en zonas que hacía poco tiempo eran consideradas las más apetecibles para la instalación de negocios

· disminución en las ventas de las tiendas que aún lograban sostenerse

· reducción progresiva de la cantidad de trabajadores en muchas empresas, e incremento de la carga de trabajo del escaso personal que iba quedando

· contratación de trabajadores cada vez menos expertos y conocedores del producto o servicio

· eliminación de personal propio y contratación de servicios con terceros: administración de la nómina, contabilidad, almacenaje, etc.

· aumentos cada vez más frecuentes en el precio de casi todas las mercancías

· disminución de las ofertas y ventas especiales de los productos que realmente valen la pena (alimentos, por ejemplo)

· eliminación de las pólizas de seguros de salud o de cuidados de largo plazo, que teníamos contratadas

· reducción en la compra de cosméticos

· visitas cada vez más distanciadas a la peluquería y, al final, arreglarnos el cabello nosotros mismos

· aplazamiento de la sustitución del vehículo por otro más nuevo, decisión de utilizar un solo vehículo para toda la familia, o de no tener ninguno y comenzar a usar el transporte público

· abandono de nuestros tratamientos médicos para enfermedades crónicas, usualmente muy costosos

· uso de las varias tarjetas de crédito disponibles para comprar comida y artículos de primera necesidad, y así hacer malabarismos con el dinero de la quincena

· ponerse de acuerdo varias personas o grupos familiares y -entre todos- unir esfuerzos y dinero para comprar una casa con varias habitaciones y varios baños, para poder vivir de una manera más o menos decente, aunque compartiendo áreas y gastos comunes; ya que de otra forma resultaba imposible para cada interesado obtener por sí solo la hipoteca para la compra de una vivienda

las señales de una economía

menos boyante eran interminables

Casi que constituían gritos. Estuvieron allí durante años y no quisimos verlas y menos aún mencionarlas, para no ser calificados de “negativos” y “pesimistas”.


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